P10 Internacional: Pixar

Este verano en Estados Unidos ha sido muy especial por muchos motivos. Hoy solo os voy a contar uno, pero es uno de los grandes.Si alguna vez os habéis emocionado solamente por entrar en un sitio, multiplicad esa emoción por mil y eso es lo que siente un fan de Pixar al entrar, invitado por un empleado, en sus estudios de Emeriville, California. No va más.No hay muchos lugares en el mundo en los que la creatividad, el arte en prácticamente todas sus posibles vertientes y la tecnología se junten con resultados tan impresionantes. Se le acercaría quizás el edificio de El Corte Inglés de Herrera Oria, pero no se me ocurren muchos sitios más.

Tras ponernos orgullosos nuestra pegatina de visitantes (en la que aparece un alien de Toy Story y se puede leer "An stranger for the outside!") caminamos desde el parking a través de un entorno natural cuidadísimo en el que pudimos ver a un grupo de unos treinta empleados haciendo ejercicio, subiendo a la carrera por el anfiteatro que se aprecia detrás de Luxo en la foto del post.Cruzamos tímidamente las puertas para entrar en el edificio principal, que recuerda a un inmenso hangar y tras identificarnos en la recepción, comenzamos a pasear por el parquet del despejadísimo atrio rodeado por un buen montón de estancias que incluían una cocina con una nevera repleta de todas las formas de leche imaginables, una sala de juegos con billares, futbolines o consolas (que por cierto aparentaban estar cogiendo polvo), la impresionante tienda de la compañía (incluso volveríamos un segundo día para arruinarnos) o el Cafe Luxo. Por supuesto, no faltaban las gigantes figuras de Monstruos S.A., los coches de Cars o Buzz y Buddy hechos de Lego.
Nos plantamos delante de la vitrina en la que enseñan sus Oscars, Globos de Oro y demás premios acompañados de tarjetas de felicitación personalizadas del Studio Ghibli. Probablemente dibujadas a mano por el mismísimo Miyazaki, pero esto no lo se seguro.

Es política de la empresa que en todo momento los visitantes tengan que estar acompañados por su anfitrión, de hecho nos separamos tan solo un segundo y un sheriff se acercó a preguntarnos con quién estábamos. Cuando estaba a punto de apresar a Edu por colarse, fuimos rescatados. Así que tuvimos a la mejor guía turística muy cerca todo el tiempo.

Fue una auténtica pasada escuchar de primera mano las experiencias de alguien trabajando allí desde 2001. Y ojalá pudiera contaros todo lo que se ;)En la planta superior, una exposición sobre Toy Story, con todo tipo de material original, desde los storyboards a modelados en arcilla de los personajes, pasando por los impresionantes originales del guión de color de la tercera entrega, que observamos incrédulos ante la confesión de lo mucho que le había costado a la compañía contratar a su autor, el grandísimo Dice Tsutsumi.

Alucinada por nuestro entusiasmo, siendo para ella un lugar tan cotidiano por trabajar allí desde hace tanto tiempo, nos colaba por donde podía, incluído el cine, donde pudimos asistir a la charla previa a la proyección de la película Wild at Heart, donde el nominadísimo sonidista Michael Silvers en persona contaba su experiencia con David Lynch para los ocho o nueve allí presentes y terminaba diciendo "todos tenéis mi e-mail para cualquier pregunta que os surja después de ver la película". Estuve a punto de encadenarme y negarme a irme de ese bendito lugar.

Soltamos una risa nasal urkeliana cuando nos contó que las butacas del cine eran el mismo modelo que las de las Apple Store, alucinamos como críos cuando se apagaron las luces, se iluminaron pequeños leds en el techo y pasaron dos estrellas fugaces mientras los allí presentes exclamaban al unísono "ooooh" con la primera y "aaaah" con la segunda (al parecer es una tradición) y disfrutamos de los trailers de las próximas proyecciones (que incluían la peli de Los Simpsons) y un corto de animación de Roger Rabbit.

Todo cuadra. La pasión, el espíritu de trabajo y las cosas bien hechas se respiran en cada rincón. No tengo ni idea de si alguno de los empleados será infeliz en su puesto laboral, pero no será porque la gente que se encarga de motivarles no lo haga MUY, pero que MUY bien.

Pixar es una de las compañías de más talento del mundo, pero lo que verdaderamente es de otro planeta es la manera que tienen de gestionarlo. Un auténtico ejemplo para todos, desde el niño que irá al cine a alucinar con Cars 2 hasta ese jefe que obliga a hacer a sus empleados horas extras para llenarse los bolsillos sin generarles ningún beneficio o regalarles el más mínimo aplauso.

Justo cuando salimos de allí hacia Oakland para cenar una increíble pizza-pie, recibí un mail de mi amigo en Apple. Pero el viaje a Cupertino sería al día siguiente...

Nunca tendré suficientes palabas de agradecimiento por aquella experiencia. Así que lo intentaré simplemente por repetición. Gracias Daisy!
Gracias Claudia!
Y nos vemos pronto. Porque joder, claro que volveré.

ACTUALIZACIÓN (4-12-10): Os pongo también un pequeño video que grabé por allí.