Sobrevivir con un iPhone

Cuatro meses después...

Cuatro meses después...

iPhone en NYC

iPhone en NYC

Ya hace casi cuatro meses desde que llegó a mis manos, y con el me ha pasado de todo: Polémicas, amagos de "enladrille", activaciones, tropezones, compraventas... Y yo encantado.Siguiendo la estela de la idea del genial artículo que Pedro Aznar ha publicado hoy en Applesfera, (al que hace alusión el título de este post) creo que es interesante dar mi punto de vista sobre el cambio que supone llevar encima esta increíble pieza de tecnología y aportar un poco de mi experiencia personal, de como pese a todos los quebraderos de cabeza, ha merecido la pena y se ha convertido en mi gadget preferido jamás inventado (y eso que mis iPods, cadáveres incluídos, habían puesto muy alto el listón).Aviso, hay un buen rato de lectura :DLo mejor es empezar por el principio. La llegada fue todo un acontecimiento. Mi gran amigo McPérez se iba de gira a NYC (nada más ni nada menos) y tan solo una semana después del gran lanzamiento americano.Los días anteriores a su salida estábamos más nerviosos que un filete de cinco duros. Por aquella época, decidirse a comprar uno en España era un auténtico acto de fé, nadie sabía si se conseguiría liberar para llamar alguna vez, tan solo que ya se podían usar casi todas sus demás funciones, y tras muchos debates, mi compañero del curro Gonzalo, él y yo nos decidimos a jugárnosla.Lo peor que podía pasar es que tuviésemos un estupendo reproductor de música y video, con navegador, e-mail, agenda, Google maps... Por aquél entonces el iPod touch no estaba ni anunciado, que conste.Tras la decisión quedaban más problemas, el principal es que solo conocíamos la experiencia de una persona que había comprado el teléfono el día del lanzamiento y que no había tenido más remedio que liarse a activar contratos de AT&T a nombre de residentes en los Estates... McPérez no llevaba americanos en la expedición, además, la pasta del contrato y el posible roaming eran una razón definitiva para quedarnos sin capricho. Ya eran muchas locuras. El otro problema y que podía ser definitivo, era que en todas partes salían informaciones de que el iPhone estaba completamente agotado.Mientras en Madrid nos mordíamos las uñas por saber que ocurriría, llegaron a mi buzón las dos fotos que veis arriba, la primera con el blog en un iPhone de exposición del Apple Store de la 5ª, y la segunda con la pila de iPhones que tenían en caja. Pudo comprar los tres, sin hacer colas y sin problemas de ninguna clase y al poco tiempo estaba volando con mi flamante modelo extinto de 4 GB.Parecía que los teléfonos llegaban regalados, nos faltaba saltar de alegría. Gonzalo fue valiente e hizo el primer jailbreak desde terminal, y la primera sensación al tocarlo fue indescriptible. Puedes ver millón y medio de videos que hasta que no lo pruebas no entiendes hasta que punto está bien hecho. Me cansé de revisar todas las opciones, y comenzó el maratón de demostraciones a familia, amigos y desconocidos.Mucha gente decía que estaría cansado de enseñarlo, y juro que no miento cuando digo que no me importaba en absoluto, principalmente porque yo sería el primero que, en caso de no tener uno, agradecería enormemente una demostración "en vivo" lo más detallada posible.Así de buena persona soy, y así acabó ocurriendo... Una noche en una terraza, tomando algo con unos amigos, mientras pasaba de mano en mano, el iPhone saltó de una para rebotar contra el duro suelo. Varias veces. Lo se porque lo escuché, me tapé los ojos cuando volaba por los aires.Resultó ser una buena prueba de resistencia, quedó intacto a excepción de un pequeño abollón en la esquina superior izquierda y arañazos sin demasiada importancia en los bordes. Me produjo un pequeño shock, pero estas cosas pasan y llevarlo sin funda tiene sus riesgos.La siguiente aventura fue el desbloqueo para usarlo como lo que es, un teléfono. Todas las mañanas visitábamos el iPhone Dev Wiki para conocer las últimas conquistas de nuestros queridos hackers, a los que seguimos jaleando cada día para que no tarden en desbloquear cada nueva actualización de firmware. Antes de las alternativas actuales de liberación gratuita, los tres friquis llegamos a encargar productos para intentarlo por hardware (que por suerte, no costaron un euro, menudo fracaso) y más adelante, nos unimos a un grupo de iPhoneros para comprar licencias del primer software de desbloqueo de pago (aquí palmamos 30 eurazos). Cuando por fin conseguimos liberarlo, después de sudar mientras escribíamos más comandos en terminal, se nos olvidó por completo todo lo que habíamos pasado, la recompensa era más que suficiente, al fin se acababan los líos...

iPhones varios...

iPhones varios...

... O eso creía. Primero, lo de la bajada de precio... Mi modelo, el de 4 GB se descatalogaba y el de 8 ahora costaba menos de lo que me había gastado en un primer lugar. Reconozco que picó un poquito pero no duró demasiado porque me llegó la oportunidad de vender el mio para comprar uno de los nuevos a un conocido que venía con uno extra, por la misma pasta que me daban. Parecía una ganga, pero me tocó la super-china.El nuevo iPhone iba de coña, pero al parecer llevaba un defecto de fábrica... Aparentemente, un problema en el gestor de energia del aparato. Funcionaba perfectamente, pero si lo bloqueabas, al entrar en reposo se quedaba grogui y ya podía llamarme la Jolie que no sonaba, cuando lo desbloqueaba solo quedaba el rastro de su llamada perdida. La super-programadora de utilidades para el iPhone y super-modelo, Erica Sadun, sacó una utilidad llamada JohnTool que arreglaba el problema consiguiendo que el iPhone nunca entrase en este modo de hibernación... Todo precioso pero la batería me duraba menos de un día, y no era plan.Después de un nuevo lío de devolución a su antiguo dueño y otra compra, por fin vuelvo a tener un nuevo iPhone (el tercero :P ), 1.1.1, con el panel de la pantalla más brillante que los primeros, un estupendo auricular bluetooth de Apple recién estrenado y he conseguido salvar muy bien la papeleta con respecto al agujero que seguro que da la impresión que debería haberse producido en mis ahorros. Se puede decir que he tenido la mejor de las malas suertes posibles dada una situación así.Jamás había luchado tanto con un aparato, antes un móvil nuevo suponía poner la SIM y ya está. He sudado tinta pero después de todo puedo utilizarlo perfectamente para lo que necesito y ahora esto es una victoria que le da más valor personal. Probablemente con otro producto no hubiese aguantado tantos quebraderos de cabeza, hubiese vuelto a un Ñoka o lo que fuese, pero juro que mis amigos los cabronazos de Cupertino han hecho que todo merezca la pena. Juro que al final hasta me lo he pasado bien.Volver a otro móvil ya NO es una opción, y si tengo que aprender a soldar, soldaré mejor que el puñetero McGyver ;)